El mar ha sido siempre fuente inspiradora de historias y leyendas fantásticas, así un historial que comienza con serpientes marinas y sirenas, llegando al misterio contemporáneo del triángulo de las Bermudas. Seguramente hayáis oído hablar sobre este lugar o los extraños fenómenos que en él ocurren, tanto como si os inclináis por el lado de la razón o sois más soñadores, os pido que mantengáis vuestra mente abierta a nuevas hipótesis.
El triángulo de las Bermudas, ¿ovnis, puertas multidimensionales o casualidad?
Es un área geográfica, situada en el Atlántico, entre las islas bermudas, Puerto Rico y Florida, cada lugar forma una punta de un triángulo equilátero. En este lugar han desaparecido barcos y aviones sin dejar ni rastro, ya sea por una extraña fuerza magnética o sobrenatural, olas extremas, las brújulas se desorientan. Un claro ejemplo es el eterno enigma del “Mary Celeste”. Un buque fantasma a la deriva que iba en dirección al triángulo de las Bermudas y que apareció en la otra punta del mundo sin rastro de la tripulación, hace 146 años de este suceso, y a día de hoy nadie ha conseguido darle una explicación razonable, solo el mar guarda su secreto.
Otra particularidad del mar es que es escalofriante y a la vez emocionante, como la fosa de las marianas, el lugar más profundo del mar, en el que no sabemos qué criaturas habitan, ya que la humanidad no ha llegado a explorar el fondo de la fosa.
Ahora que tenéis la información, os lo dejo a la imaginación, para que creéis vuestras propias hipótesis. Claro está que nada de esto tiene evidencias científicas, puede que todo sea casualidad. Pero hay teorías que explican como las coincidencias no existen , que el universo no deja nada al azar.
Ahora os dejo que reflexionéis sobre si pueden ser casualidades o no.
En conclusión, ya sea en nuestra vida o en las mayores profundidades del mar, hay misterios sin resolver, enigmas. ¿Serás capaz de desenterrar estos secretos hundidos? ¿O tienes miedo al mar? O lo amas o lo odias, no hay punto medio, sino un constante vaivén, o lo surfeas o dejas que te hunda con él, y una vez tragado, no se flota más.